martes, 10 de marzo de 2009

VIBRACION

Todo vibra. De nosotros depende que sea armónico o no.
Alguna vez, nos hemos preguntado o hemos querido llegar a experimentar y, hasta descubrir la vibración de todo lo que nos rodea...?
Alguna vez, nos hemos puesto “juguetones”, casi con la intrepidez de los niños, y nos hemos aventurado a descubrir qué sentimos y qué captamos de “todo” lo que nos rodea...?
Sería hora de empezar a descubrir qué pensamiento nos ha estado frenando para lograr descubrir “eso”.
Si todo elemento vibra, nada es estático por más que le veamos como algo inerte; qué nos hace pensar que sólo vibra un cuerpo humano, de animal o vegetal y no una roca...?
Si tomáramos conciencia que cualquier cuerpo está lleno de vacío; que todo depende de la velocidad que toman las partículas que lo componen para presentarse en el estado que los vemos, (sólido, liquido o gaseoso, según nuestro básico entendimiento.)
Qué pasaría si les pusiéramos algún color a todos y cada uno de nuestros pensamientos... ? Qué color le pondríamos...? Qué brillo le permitiríamos...?
Todo en el Universo es color, sonido y energía. Todo vibra en sus diferentes escalas.
Qué escala cromática le damos a nuestros sueños...?
Qué octava de sonido le damos a nuestra vida...?
Qué fuerza le damos a cada pensamiento en nuestras elecciones...?
Si comprendiéramos que somos un apretado manojo de energía que puede expandirse hasta el mismo Universo.
De nosotros depende si, a ese apretado manojo de energía, lo dejamos fluir con armonía y resplandecer o si, en una actitud mezquina, lo dejamos apretadito y sin “usar”, sin experimentar de todas las posibilidades que se nos pueden presentar en la vida.
Todo depende de que esperemos de nuestra propia vida, más que la de los demás.
En este trocito de vida que nos toca por vivir, debemos comprender que venimos a aprender; cada quien, distintas cosas, distintas experiencias. Nos es posible transferir nuestras experiencias a otros, ni que otros nos transfieran las suyas.
Así como un átomo tiene protones y electrones propios que le identifican, como un minúsculo universo,
Así deberíamos “identificarnos”, con nuestros aprendizajes, a participar en armonía con el Todo del Universo.
No será tiempo ya de empezar a VIBRAR...?


Adriana A. Grossi

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