¿REALMENTE SOMOS DECIDIDOS?

Muchas veces, nos encontramos ante situaciones que bien nos deberían hacer entrar en la reflexión de cómo funcionamos ante la toma de decisiones.
Hasta existen momentos en que no definimos si queremos un café o un cortado. Y así sucesivamente con muchas situaciones y cosas. Cuando he ofrecido algo a elegir a alguien y me han contestado: “Cualquier cosa”, o “ Lo que Ud. guste”. He sentido sorpresa al identificar que son del país “Me da lo mismo” . Realmente, esta situación, “asusta”.
¿Seria “Lo mismo” si esos individuos estuvieran en algún poblado de África y un habitante del lugar les ofrece a elegir de almuerzo: “Gusanos o insectos...?
¿Además, Por que dejar que otros decidan cuando la vida nos da posibilidades para elegir?

¿SOMOS “NOSOTROS” O LOS “OTROS”?

Cada individuo tiene sus propios sentimientos, sus propias posibilidades y, si lo entiende, sus propias elecciones. Eso es lo que lo identifica como una entidad individual que se interrelaciona con otras muchas entidades individuales.

¿QUÉ ES LO QUE MOTIVA A TOMAR UNA DECISION?

Es como el modo particular que tiene cada individuo para marcar su paso por su vida. Porque la vida debe ser eso, con sus errores, si los hay; y, sus aciertos, experiencia individual. De allí que se enriquecerá y se afianzara en los días por los que transita.
A veces, se puede temer a decidir algo, por temor a los resultados.
El temor frena, hasta llega a ser una excusa cómoda.
El avanzar y experimentar la vida, es lo que fortalece y le da sabor a la Vida.


ADRIANA GROSSI