martes, 10 de marzo de 2009

EL CUERPO.

Disponemos de un medio físico perfecto como receptáculo para nuestra alma; para que se pueda expresar, desplazar; aprender; elegir y realizar.Muchos, no nos damos cuenta del privilegio de tener este cuerpo, esta herramienta completa que raras veces sabemos aprovechar.Podríamos haber tenido un cuerpo de cualquier otra especie; pero no, nos tocó éste y debemos aprenderlo, reconocerlo y disfrutarlo.Es una hermosa obra de ingeniería, con una excelente capacidad de recuperación aún desconocidas; pero si, comprobadas y no explicadas correctamente.Ahora, debemos detenernos en prestar atención de la triada cuerpo-mente-espíritu. Es lo que realmente nos puede hacer comprender que somos un hermoso todo, que debe cumplir la función de conectarse con el Todo.Somos una versión pequeña, (pero no por eso menos importante), del Universo, el Cosmos.Un microcosmo que está sutilmente conectado con un inconmensurable macrocosmos, que palpita y se conecta con nosotros.De nosotros depende la armonía que logremos con nosotros mismos y con todo lo demás.Nuestro cuerpo dispone de todo un conglomerado de sistemas energético-planetarios que deben seguir sus ritmos en armonía. Sin armonía viene el desequilibrio y finalmente, el caos, la enfermedad y, hasta la involución total del individuo.Siempre miramos hacia el cielo, ponemos nombres a conjuntos de estrellas, nos guiamos con ellas, etc.Siempre mirando hacia fuera...Nos olvidamos del adentro, de todo lo que, por reciprocidad, deberíamos comprender en nuestro cuerpo. Ese en el que cada "sistema planetario" es lo que ahora está más difundido él termino chakras o vórtices o centros energéticos; Cada uno de ellos dispone de cierta cantidad de pétalos o rayos definidos de energía. (Satélites). O sea, que tenemos nuestras Propias estrellas y que podemos brillar con hermoso brillo propio.Cada chakra está relacionado con órganos o glándulas que, según su mantenimiento o su concordancia con los otros chakras, se puede lograr una conexión armónica con el Todo.


Adriana A. Grossi

No hay comentarios: