martes, 10 de marzo de 2009

EXPRESIONES

Bueno es que prestemos atención a nuestras expresiones. Todo nuestro cuerpo expresa lo que somos, cómo nos sentimos, hasta qué pensamos realmente aunque digamos algo diferente. Según nos expresamos es lo que pensamos de la vida; de la nuestra y de las demás personas.Un pequeño ejemplo que podemos experimentar:Ubiquémonos ante un espejo. Pensemos algo que nos hizo enojar. Observemos que la expresión se hace dura, la mirada más profunda, agresiva; casi como sí viéramos a otra persona delante de nosotros. Los labios se fruncen, él ceño se contrae. Hasta sentimos que el cuerpo se tensa. Sólo observemos y notemos todo el daño que está haciendo a nuestro organismo y a nuestra mente. Es algo que no queremos para nosotros, tampoco lo querríamos para los demás.Serenemos la expresión. Pensemos en algo que no nos inquiete pero que no nos atraiga. Notaremos que no generamos agresión a nosotros mismos, pero que no hay ninguna señal de expresión. Estar y no estar, pero sin sentido. Hasta la respiración es como algo necesario sin transmitir nada.Ahora, recordemos algo que nos hizo felices o que nos hizo reír. El cuerpo se distiende, se endereza. La respiración se hace profunda. Nuestra expresión se ilumina. Nuestra mirada tiene un brillo delicioso y nuestros labios se estiran en una hermosa sonrisa que hasta nos rejuvenece. Toda persona que sonríe es bella. Transmite belleza y contagia con su presencia.Si usted está en contacto con público, haga la prueba: Entra alguien a consultar algo, usted le contesta muy serio y de mala gana. Pierda cuidado que esa persona no vuelve más y, aunque usted le informa lo que deseaba, ya lo olvidó.Ahora. Pruebe usted de atender sin ninguna expresión, formal y proporcionándole lo que necesita. Esa persona como llegó a su encuentro, partirá como vino, usted no existió, no dejó huella en su memoria. No hizo nada por ella.Finalmente, usted fijó su atención a quien recién llega y le sonríe. Usted no sabe lo que necesita ni esa persona sabe si usted lo tiene, pero se quiere quedar. Usted ha creado una burbujita luminosa que invita a la otra persona a expresar lo que busca. Tal vez usted no le soluciona nada, pero le hizo sentir bien. Esa persona vuelve.
ADRIANA GROSSI


Adriana A. Grossi

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