viernes, 1 de octubre de 2010

TRASTORNO DE ESTRÉS POST-TRAUMÁTICO

Una característica importantísima del estrés post-traumático es la experimentación de un hecho.
Las causas pueden ser de muchas calidades y variedades y que repercuten en la persona, según la edad, la situación y su respuesta ante ese estímulo, en este caso, negativo.
La persona tiende a evitar estos estímulos que lo llevan a revivir la experiencia.
Lo que sucede es que, su mente, registró y fijó una serie de sensaciones y sentimientos normalmente encontrados; como contraórdenes a sus patrones mentales establecidos. Eso le descoloca y, entran en juego fuertes sensaciones de abandono; desorientación y limitación para responder a ese nuevo estímulo.
No es la situación en sí lo que determina el trauma; sino, la vivencia de ésta.
Aquí, importante es identificar algo que le faltó a la persona desde un principio: Estar preparado. Estar informado y conocer cuáles son sus posibilidades para salir adelante ante una situación o situaciones que se le presenten.

¿QUÉ ES LO QUE PROVOCA EL ESTRÉS?
Antes que nada, es importante determinar si la persona, según su temperamento, ya tiene una predisposición al miedo. Que hace que su respuesta sea completamente desgastante ante una situación que opera de dispositivo para que todo su organismo actúe en concordancia. Estamos hablando de su parte genética, que es la que almacena una serie de informaciones variadas que harán que esa persona responda a cada estímulo de un modo particular.
El estrés es uno de los tantos resultados-respuestas con que la persona manifiesta un desequilibro desde su química particular en su organismo, pasando por las “órdenes” que imparte su mente según su conocimiento de las cosas.

ESTRÉS Y MALA NUTRICIÓN
Algo que he notado que se habla de estrés y sus resultados en una persona; pero que no se tiene en cuenta la investigación sobre cómo se alimenta esa persona y si se nutre de modo adecuado como para que la química de su organismo esté fortalecido.
Somos química, energía, movimiento y…Pensamiento!.

SEGÚN EL CASO, ES EL TRATAMIENTO
Debemos tener en cuenta que sí es real que, cada persona, es un mundo. Un mundo con sus propios giros, estaciones y tiempos. Cada persona toma su tiempo para poder asimilar alguna situación que le tocó por vivir; y, tal vez, más para comprender el mecanismo para aliviar esa presión psicológica que le llevó a manifestar una o varias sintomatologías en su organismo y, todo comandado, por su mente.

SEGÚN LA INSTRUCCIÓN, ES LA REACCIÓN
Distinto actúa una persona que recibió, tal vez, sólo instrucción de libro; y, otra, si recibió instrucción de vida. A esto me refiero si esa persona en cuestión, contó con armas propias de entendimiento e información sobre los riesgos de alguna o cada cosa y si su instinto de conservación estaba “activo”.

ESAS HERIDAS NO VISIBLES…
Importante es poder y saber captar aquellas sutiles señales de que, la persona que vivenció una situación más que especial, está necesitando “algo”.

INSERTARSE EN LA SOCIEDAD

Me refiero a quienes tuvimos que experimentar ciertas situaciones, fuera del entorno conocido.
En cuanto a tiempo, da lo mismo un año, unos meses o un día. Lo que cuenta es la intensidad de lo vivido... O no vivido.
El lugar. Lo que es conocido y lo que no; y la capacidad y el modo de adaptarse. Si se acepta, se “absorbe” y si se pone voluntad aunque cueste o no.
Y, al volver... Las “huellas”. El tamaño de esas “huellas”, marcas o como se la quiera identificar.
No, no podemos hablar de re-inserción a una sociedad cuando hemos vivido, tenido experiencias que nadie puede llegar a comprender.
Ningún Tratado de Psicología puede llegar a identificar, medir ni interpretar, de acuerdo a sus limitadas estructuras; lo que puede sentir, atesorar y demostrar un Ser Humano.
¿Qué pasa cuando el olor del aire no es el mismo olor?.
¿ Dónde está la fruta o hasta la lata de comida que nos alimentó más que el hambre?.. ¿ Cómo le reemplazamos?. Y, si se puede, ¿Cómo y dónde lo conseguimos?.
¿Qué cartilla stándard de estructurados test psicológicos, pueden llegar a identificar o ayudar a “Medir” lo que se ha vivido?.
¿Qué pueden entender los cómodos psicólogos de escritorio, que no tomaron compromiso de vivir, de experimentar vivencias propias, de la Vida misma?.
Hoy, el insecto que asustó con su presencia.
Hoy, la sed de experiencias nuevas.
Hoy, el descubrir que somos capaces de cosas bellas por nosotros mismos.
Hoy, sentir la grandeza de un entorno que nos fortalece.
Hoy, darnos cuenta que no estamos solos. Que estamos y somos.
Hoy, el tocar la Vida con todos nuestros sentidos.
Hoy, que nuestra visión de las cosas nos hacen más sabios.
Hoy, que damos más valor a las cosas y ya no somos los mismos.
Hoy, que cambiamos y ya no queremos ser los mismos. Crecimos o no.
¿Cómo explicamos, al entorno, que se amplió nuestra óptica ante la Vida?.
¿Y cómo hacer para fusionar esta nueva vida, recién descubierta y aprendida, con la antigua vida?.
¿Cuánto tiempo nos dan para adaptarnos a lo que hacíamos antes?.
Así, pues; no importa si estuvimos en la India, o en alguna Misión de Paz en algún país en conflicto; o en una Empresa multinacional o, simplemente, en una oficina.
Bueno es preguntarse e identificar, con qué contamos como respaldo afectivo y efectivo y, cuántas estrategias tenemos que aprender y usar por nosotros mismos.

Adriana A. Grossi
19/10/09

COMPRENDER EL MECANISMO DEL ESTRÉS, Y VENCERLO
El estrés, en este caso, como así otras manifestaciones que desequilibran la armonía de la persona, perfectamente pueden ser erradicadas del diario vivir. Pueden querer instalarse porque, la persona, comunmente, por falta de información y comprensión, piensa que es algo nuevo que tiene que arrastrar y cargar de por vida. Pue, existen métodos para nada “invasivos” ni agresivos ni desgastantes con los que, la persona, puede avanzar libremente en todo lo que se proponga hacer, avanzar, crear y disfrutar.

ADRIANA A. GROSSI
PSICORIENTÓLOGA 30/09/2010

EL ARTE DEL “OBSERVAR”

El saber observar, es un Arte: y más, si el observador no es descubierto.
Normalmente, se entiende que observar, es el ejercicio de prestar mayor atención a lo que se mira.
Ahora bien, se entiende que para lograrlo, se debe contar con el sentido de la visión física; aunque resulta que no sólo podemos y debemos contar con nuestros ojos, también podemos disponer de todos los otros sentidos que tenemos para una total y mejor observación.
Es tomar comprensión y posesión de que podemos observar con todo nuestro cuerpo.
Partamos de la base en que todo, en el Universo, es energía. Todo lo que nos rodea es un eterno motor de energía; y, nosotros, estamos en medio de todo eso, y está en nosotros el sacarle partido para captar mejor las cosas y hacer uso consciente de todas nuestras capacidades. Muchas pulidas y cimentadas por medio de instrucción, práctica consciente; voluntad y propósito; más todas aquellas que disponemos y que están latentes, prestas a funcionar.
El que las más de las veces no se apliquen, no quita que las sintamos; y, prestando mayor atención, les podamos dar mayor utilidad.
El observar es un acto natural, sencillo y, muchas veces, tristemente incompleto al que nos limitamos sólo a dar un “barrido” sobre la superficie de algo por observar, tanto para cumplir y, a otra cosa!.
Es una primera reacción primitiva como para identificar qué está pasando a nuestro alrededor. ¿Por qué no sacarle mejor provecho a esa posibilidad?.
El entrenamiento constante de “re-forzar” el ejercicio de la observación, nos permite ir captando, mejor, sobre las múltiples facetas de situaciones que antes, no las podíamos “ver”.
Una de las opciones, y muy comprobadas y válidas, es ejercitar desde un rompecabezas hasta la práctica del “Sopa de letras”, que consta de una grilla de formato cuadrado o rectangular que presenta una serie de letras supuestamente colocadas al azar. Ambas opciones nos harían pensar que son pasatiempos que nos hacen perder el tiempo. Nada más errado!.
Con el “Sopa de letras”, es como acercarse al ejercicio de encriptados. Se solicita y ofrece un listado de palabras que deberán encontrarse y marcarse al encontrarlas. Ahora bien, además de ayudar a la mente a no ir a los saltos entre uno y otro tema que pueden llamarnos la atenciín, nos aporta el benéfico momento de calma y nos incita a concentrarnos, en este caso, a esta búsqueda de palabras.
Ahora bien. Vamos a la parte práctica y efectiva del ejercicio. Estamos logrando mejor intención y fijación del Objetivo. Nos proponemos identificar esa palabra, (que en esa grilla, la palabra puede estar posicionada en forma diagonal, vertical u horizontal y, también, escrita en dirección normal de lectura o, invertida. El cerebro, tiende a “completar” cualquier imáge, pensamiento o acción en función de ver qué es y/o qué está pasando.
Al cerebro, hay que ejercitarlo y educarlo; y, los resultados, son sorprendentes!.
También, he mencionado la posibilidad de ejercitar con rompecabezas. Aquí, el material dificulta de transportarle ya que necesita de una base plana y que nadie toque, por si no se le arma de una sola vez.
Ahora bien, se va convirtiendo en un ejercicio de fijación visual al tener que encontrar la pieza que conviene por forma, tema de imagen, si la tiene, (existen rompecabezas muy interesantes en los que no existe representada ninguna imagen y sólo presentan una superficie de un solo color, que serviría más para fijar atención en forma de pieza y matiz de pigmento).
Esta práctica de armar rompecabezas es una muy interesante propuesta para “Observar” la actitud de quien se presta a resolverlo y qué método, propio, personal, aplica.
O sea, se le está estudiando sobre qué aptitudes, voluntad y deseo está aplicando para resolver algo, en este caso, un armado de rompecabezas; otro, puede ser desarmar y volver a armar, (si es posible con todas sus piezas y en orden establecido), por ejemplo, su arma de instrucción.
Cuando estamos dispuestos a fijar nuestra atención al ejercicio de la observación, estamos “ordenando”, primeramente, al cerebro, que tiene tendencia al menor esfuerzo; como ejemplo, podemos citar el propósito de ponernos a leer o estudiar algo; y, ¿Qué nos “asalta”?... La distracción o el sueño!.
Ahora bien, cuando estamos decididos a fijar nuestro propósito de atención en algo, al cerebro no le queda más remedio que cumplir con ese cometido.
Como todo entrenamiento, no hay que forzar de primer intento. Agota y genera rebeldía!.
Hay que, de modo sutil, “presentar” esta modalidad de ejercicio, como una propuesta nueva e interesante. Con el tiempo y notando adelantos, el mismo cerebro se encarga de poner a punto todas las partes actuantes posibles para fijar este nuevo ejercicio. Entonces, se vé más y mejor todo lo que antes estaba, a nuestro alrededor, y nos pasaba desapercibido.
Una vez afianzado, el ejercicio, lo que le sigue es orientar esta incrementada capacidad hacia un Objetivo y, notaremos que todo nuestro cuerpo se ha ido “entrenando” en concordancia y descubrimos que no sólo podemos “observar”, nuestro entorno, con nuestros ojos.
La piel “observa”, nuestros otros sentidos, “observan”: y, cuando queremos acordar, de todo lo que queramos “observar”, tenemos mayor capacidad para obtener mayor información del Objetivo.




ADRIANA A. GROSSI
24/09/2010