lunes, 7 de septiembre de 2009

"EL ARTE DE LA MEDICINA ..."

“EL ARTE DE LA MEDICINA CONSISTE EN ENTRETENER AL PACIENTE, MIENTRAS LA NATURALEZA CURA LA ENFERMEDAD”. (Voltaire)
Ahora bien, habría que agregar que hay que educar al paciente para que la Naturaleza actúe en concordancia...
La felicidad y la salud físicas solo son posibles cuando los procesos metabólicos del cuerpo funcionan con la frecuencia y la intensidad adecuadas, y la mente solo se mantiene en equilibrio cuando esta satisfecha.
Desde el momento en que se desea recuperar la salud, ya tenemos un alto porcentaje a nuestro favor para que el organismo responda a su reequilibrio. Porque la falta de salud nos indica, abiertamente, que “algo” o muchas “cosas” están fallando.
El primer permiso, el mas importante para acceder a la salud, lo da el individuo mismo.
Se toma al cuerpo como una herramienta de acción, transporte y relativa duración que tiene que “funcionar”. Importante es aprender a “escucharlo” sobre lo que realmente quiere y necesita.
Conviene distinguir entre alimentación y nutrición. Se llama alimentación al cato de proporcionar al cuerpo alimentos e ingerirlos. Es un proceso consciente y voluntario, y por lo tanto esta en nuestras manos modificarlo. La calidad de la alimentación depende de factores económicos y culturales. Se entiende por nutrición el conjunto de procesos fisiológicos por los cuales el organismo recibe, transforma y utiliza las sustancias químicas contenidas en los alimentos. Es un proceso involuntario e inconsciente que depende de procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de los nutrientes de los alimentos hasta los tejidos. El estado de salud de un individuo depende de la calidad de la nutrición de las células que constituyen sus tejidos. Puesto que es bastante actuar voluntariamente en los procesos de nutrición, si queremos mejorar nuestro estado nutricional podemos hacerlo mejorando nuestros hábitos alimenticios y nuestra mente.
Aparato Digestivo: Introducción
Los fenómenos mecánicos de impulsión y fragmentación de alimentos, los de naturaleza química y los de absorción de principios nutritivos constituyen el fundamento fisiológico del sistema que tiene como función regular la asimilación y la eliminación de alimentos en los organismos
El aparato digestivo está constituido por el conjunto de órganos y humores que intervienen en el proceso de transformación de nutrimentos, para adaptarlos de forma que puedan ser asimilados. Más que ningún otro sistema del cuerpo humano, los órganos digestivos nos hacen ser conscientes cuando entran en acción y funcionan bien, y cuando están alterados y necesitan atención. El hambre y la necesidad de vaciar los intestinos son dos de los mensajes que no podemos ignorar por mucho tiempo. Una serie de trastornos corrientes, como gastritis, el síndrome del intestino irritable, el trastorno del intestino inflamatorio y las úlceras pépticas tienen un importante componente psicológico, y su tratamiento puede suponer intervención tanto psicológica como física. No es por ello nada sorprendente que los problemas digestivos sean tan corrientes. La comprensión de estos trastornos ha avanzado mucho durante las dos últimas décadas. Por ejemplo, el reconocimiento de una dieta rica en fibra ha permitido disminuir la importancia del problema del estreñimiento. Otro avance importante es la identificación de la causa bacterial de las úlceras pépticas, lo que ha permitido curarlas con medicamentos. Recientemente se ha transformado por completo la gama de pruebas de diagnóstico de las que disponen los gastroenterólogos. Actualmente, la endoscopia o examen de los órganos internos por medio de tubos de visión, constituye el principal método para inspeccionar zonas como el esófago, el estómago, los intestinos y los conductos biliares. Esta técnica permite reconocer cánceres en una fase inicial.
Digestión :
Los alimentos son imprescindibles para el organismo, puesto que proporcionan la energía que requiere el cuerpo y constituyen la fuente de nutrimento a partir de la cual se registran el crecimiento y la regeneración. Una vez ingerido, el alimento se descompone en sustancias químicas simples por el proceso de la digestión y, posteriormente, los compuestos químicos nutritivos pasan por absorción a las células del cuerpo y a los tejidos, en los que habrán de ser aprovechados mediante el mecanismo fisiológico denominado metabolismo.
El sistema digestivo tiene la finalidad de percibir el alimento desde el ambiente externo y ponerlo en contacto con las superficies membranosas internas, en las que tienen lugar la digestión y la absorción. Hay dos fundamentales glándulas digestivas: el hígado y el páncreas, que son esenciales en la producción de enzimas y jugos necesarios para la digestión.
Aparato digestivo. Consta de un conducto a lo largo del cual se disponen diversos órganos y estructuras, que son atravesados por el alimento durante su proceso de transformación, más las partes por las que pasa la porción sólida de los alimentos que es expulsada como desecho. Asimismo lo integran otros órganos que intervienen en los procesos digestivos aportando los jugos necesarios para tal fin. Los constituyentes básicos del aparato digestivo humano son la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. Por su parte, las glándulas que segregan los jugos digestivos son las glándulas salivales, las glándulas gástricas, el páncreas, el hígado y, asociados a este último, la vesícula biliar y los conductos biliares.
Estructura del tubo digestivo:
El tubo digestivo está formado por:la boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, y ano. y la faringe musculosa. El tracto digestivo es un tubo muscular que se extiende desde la boca, a través del estómago y los intestinos, hasta el ano. Su función es descomponer la comida en sustancias que puedan ser absorbidas en la corriente sanguínea para su distribución a las células, y eliminar los productos de desecho. Las glándulas salivales, el páncreas y el sistema biliar conectan con el tubo digestivo y producen sustancias esenciales para una digestión sana. gracias a los movimientos peristálticos, que son contracciones rítmicas de las fibras musculares lisas del aparato gastrointestinal. Las contracciones son iniciadas por el sistema nervioso parasimpático. Esta actividad muscular puede ser inhibida por el sistema nervioso simpático. Se trata básicamente de una tubería procesadora de unos nueve metros de longitud. Las estructuras asociadas incluyen tres partes de glándulas salivales, el páncreas, el hígado y la vesícula biliar con sus conductos asociados. Cada uno de estos órganos juega un papel importante en la digestión. En cambio no tiene función conocida el apéndice, un tubo corto y sin salida, adherido a la primera parte del intestino grueso.
Digestión bucal:
La boca conforma la apertura anterior del aparato digestivo y es la cavidad por la que penetra el alimento. El órgano presenta funciones relacionadas con la fisiología de la digestión y la respiración e interviene también en la articulación de palabras. El orificio anterior que la constituye se encuentra delimitado por los labios, cuyo movimiento es a su vez regulado por las mejillas y el músculo esfínter oral. Los huesos maxilares sostienen, por su parte, las arcadas dentarias, a las que compete la masticación del alimento. El límite externo de las arcadas lo constituyen las encías, en las que se fijan los dientes. La cavidad bucal queda delimitada por el paladar en la parte superior y la lengua, móvil y dotada de papilas gustativas, en la inferior. En el fondo, la comunicación con la faringe se produce a través de la cavidad que forman las amígdalas, la base lingual, el límite posterior del paladar, el velo palatino y la úvula, campanilla carnosa que pende de este último. La saliva, líquido alcalino viscoso que se mezcla con el alimento, es aportada por las glándulas salivales, diferenciadas entre sublinguales, submaxilares y parótidas.
La boca aparece rodeada por unos pliegues de la piel, llamados labios. Dentro de la boca se encuentran los dientes cuya función es cortar, trocear y triturar los alimentos (digestión mecánica) En la boca encontramos también la lengua, que tiene una gran cantidad de papilas gustativas, cuya función es la de mezclar los alimentos y facilitar su tránsito hacia el esófago. En la cavidad bucal desembocan las glándulas salivales, que segregan saliva, cuyas funciones son:
o actuar de lubricante
destruir parte de las bacterias ingeridas con los alimentos
comenzar la digestión química de los glúcidos mediante una enzima, la amilasa o ptialina, que rompe el almidón en maltosa.
La saliva :
Está formada, en un 95% por agua y el 5% restante por solutos tales como iones sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfatos. Hay además una sustancia serosa llamada mucus y dos enzimas: La amilasa salival y la lisozima
Dientes:
Estructuras duras, calcificadas, sujetas al maxilar superior e inferior de los vertebrados y algunos animales inferiores, cuya actividad principal es la masticación. En algunos animales los dientes tienen también otras funciones, como roer, cavar o ser utilizados en la lucha. En el curso de la evolución se han desarrollado distintas formas de dientes, desde las simples hileras escalonadas de dientes cónicos que poseen los tiburones hasta las estructuras más complejas habituales en los mamíferos.
Faringe:
Es un conducto muscular membranoso que comunica la boca con el esófago. También pone en contacto la nariz con la laringe, por lo que se considera que la faringe es el punto en el que convergen los sistemas digestivo y respiratorio. El tejido de la zona superior de la faringe es similar al que constituye el resto de los órganos de la respiración, mientras que en su porción inferior tiene más semejanza con el del sistema digestivo. La entrada de alimento a las vías respiratorias es impedida por la epiglotis, que es un cartílago situado al principio de la laringe que la cierra cuando se traga el alimento, para que éste pase al esófago.
En el hombre mide unos 13 cm y queda delante de la columna vertebral. Alberga las amígdalas y, en los niños, los ganglios adenoides. Como arranca de la parte posterior de la cavidad nasal, su extremo más alto se llama nasofaringe. La inferior u orofaringe ocupa la zona posterior de la boca. Termina en la epiglotis, un pliegue cartilaginoso que impide la entrada de alimentos en la tráquea, pero no obstaculiza su paso al esófago. Las llamadas trompas de Eustaquio comunican la faringe con el oído medio y equilibran la presión del aire a ambos lados del tímpano. La faringe es un tubo muscular que comunica el aparato digestivo con el respiratorio. Para que las vías respiratorias permanezcan cerradas durante la deglución, se forma en la faringe un repliegue, llamado epiglotis , que obstruye la glotis. De esta forma se impide que el alimento se introduzca en el sistema respiratorio. Al tragar comida esta abandona la boca y viaja por la faringe o garganta para entrar en el esófago.
Esófago:
Es el conducto que une la faringe con el estómago. Mide aproximadamente unos 25 cm de largo por 4 cm de diámetro y es un órgano musculoso encargado de conseguir que el alimento pase desde la faringe hasta el estómago mediante contracción muscular. En el ser humano tiene una longitud que oscila entre los 23 y los 25 cm, y su función principal es el transporte del alimento hacia el estómago. Está formado por varias capas que desde el exterior hacia el interior son: adventicia, muscular (con fibras longitudinales y circulares), submucosa (con tejido conectivo, vasos sanguíneos y glándulas mucosas) y mucosa, que también contiene este tipo de glándulas. El alimento progresa por el esófago hacia el estómago mediante movimientos musculares involuntarios denominados movimientos peristálticos; se originan debido a la capa muscular y están controlados por el bulbo raquídeo. El peristaltismo supone una serie de contracciones y relajaciones del esófago que en forma de ondas se desplazan hacia abajo y propulsan el bolo alimenticio hacia el estómago, proceso que se ve facilitado por el moco secretado por las glándulas mucosa.
El estómago:
La superficie externa del estómago es lisa, mientras que la interna presenta numerosos pliegues que favorecen la mezcla de los alimentos con los jugos digestivos y transporta este material a través del estómago hacia el intestino. Parece que en el estómago sólo se absorben agua, alcohol y ciertos fármacos. La mayor parte de la absorción de alimentos tiene lugar en el intestino delgado. Localización del estómago: En el hombre, el estómago está situado en la zona superior de la cavidad abdominal, ubicado en su mayor parte a la izquierda de la línea media. La gran cúpula del estómago, el fundus, descansa bajo la bóveda izquierda del diafragma; el esófago penetra por la zona superior, o curvatura menor, a poca distancia bajo el fundus. La región inmediata por debajo del fundus se denomina cuerpo. La parte superior del estómago, que recibe el nombre de porción cardiaca, incluye el fundus y el cuerpo. La porción inferior, o pilórica, se incurva hacia abajo, hacia adelante y hacia la derecha, y está formada por el antro y el conducto pilórico. Este último se continúa con la parte superior del intestino delgado, el duodeno. Tejido Los tejidos del estómago incluyen una cubierta externa fibrosa que deriva del peritoneo y, debajo de ésta, una capa de fibras musculares lisas dispuestas en estratos diagonales, longitudinales y circulares. En la unión del esófago y el estómago, la capa muscular circular está mucho más desarrollada y forma un esfínter, el cardias. La contracción de este músculo impide el paso de contenido esofágico hacia el estómago y la regurgitación del contenido gástrico hacia el esófago. En la unión del píloro y el duodeno existe una estructura similar, el esfínter pilórico. La submucosa es otra capa del estómago formada por tejido conjuntivo laxo en el cual se encuentran numerosos vasos sanguíneos y linfáticos, y terminaciones nerviosas del sistema nervioso vegetativo. La capa más interna, la mucosa, contiene células secretoras; algunas segregan ácido clorhídrico, que no sólo neutraliza la reacción alcalina de la saliva, sino que proporciona un carácter ácido al contenido gástrico y activa los jugos digestivos del estómago. Estos jugos están secretados por un tipo diferente de células. Las enzimas que se encuentran en el jugo gástrico son pepsina, que en presencia de ácido fragmentan las proteínas en peptonas; la renina, que coagula la leche, y tal vez lipasa, que rompe las grasas en ácidos grasos y glicerol. Un tercer tipo de células producen mucosidades para proteger al estómago de sus propias secreciones. Los tejidos del estómago, e incluso la mucosidad, son digeribles por los jugos gástricos. Sin embargo, en condiciones normales, el revestimiento mucoso se renueva con más rapidez que se elimina. Cuando un trastorno psicosomático o patológico impide la secreción adecuada de mucosidad, la mucosa gástrica se erosiona y se forma una úlcera. Si la úlcera evoluciona se puede perforar la pared del estómago y permitir que el contenido gástrico pase hacia la cavidad abdominal produciendo una peritonitis. Digestión La penetración en el estómago de fragmentos de carne, cereales cocinados y productos proteicos digeridos en parte estimula la secreción de jugo gástrico. Estos agentes originan la formación en el extremo pilórico del estómago de una hormona, la gastrina. Cuando la gastrina se absorbe, estimula las glándulas secretoras. La secreción gástrica se puede estimular también por la simple visión u olor de la comida. Esto se denomina estimulación refleja o cefálica. Las paredes del estómago vacío están en contacto una con otra. Cuando el alimento entra en el órgano, las paredes se expanden y la cavidad aumenta sin que se produzcan cambios en la presión intragástrica. La porción cardiaca del estómago almacena la comida ingerida. Las ondas de contracción del músculo circular que van precedidas por ondas de relajación (peristaltismo) se inician cerca de la zona central del cuerpo del estómago, se propagan hacia abajo y finalizan justo antes de alcanzar el conducto pilórico. Tales ondas de contracción, que pueden suceder a una frecuencia de tres por minuto, maceran y mezclan por completo el alimento con el jugo gástrico. El alimento pasa periódicamente desde el estómago hacia el duodeno; esto se debe a la contracción de los músculos de la pared del estómago. Estos músculos están inervados por el nervio vago que estimula la contracción de la musculatura gástrica y permite la apertura del esfínter situado entre el estómago y el duodeno, el píloro. Debido a que la sección de estos nervios conduce a una parálisis en sólo unos días, el estómago, al igual que el corazón, se debe considerar como un órgano automático. Se desconoce si el automatismo está determinado en la musculatura o en un mecanismo nervioso intrínseco. Las fibras nerviosas simpáticas en los nervios esplácnicos tienen efectos opuestos a los del nervio vago e impiden el vaciamiento gástrico. Hambre. Se sabe que en el ser humano, las contracciones del estómago vacío están asociadas con espasmos de hambre. Sin embargo, el mecanismo del hambre es más complicado y sólo está relacionado de forma secundaria con el estómago. Trastornos gástricos Muchos de los síntomas que se atribuyen a enfermedades del estómago pueden estar originados por trastornos psicosomáticos, enfermedades sistémicas generales o enfermedades de órganos vecinos, como el corazón, hígado o riñones. Además de las úlceras y el cáncer, las alteraciones gástricas incluyen: dispepsia (indigestión gástrica), gastritis y estenosis, además de las originadas por las cicatrices de las úlceras curadas. El tratamiento de las dispepsias (molestias pospandriales) es el de la entidad causal. En el caso de trastornos orgánicos (gastritis, úlceras) se establece una pauta terapéutica atendiendo al tipo de alteración específica; así, se combina una dieta (absoluta, blanda) con fármacos del tipo antiácido (almagato, magaldrato) y bloqueantes de los receptores H2 (cimetidina, ranitidina) y de la bomba de hidrogeniones (omeprazol). Se ha demostrado en estudios recientes, la existencia de una bacteria (Helycobacter pilorii) que vive en el estómago de las personas que presentan úlcera gástrica. Es resistente a la acidez del jugo gástrico y se piensa que es el agente causante del 70% de las úlceras gástricas.
El estómago es un depósito que recibe los líquidos y los sólidos ingeridos que provienen del esófago. Se ubica a la izquierda del organismo, en la zona superior del abdomen, y presenta forma de saco redondeado en su parte más alta, aplanada en la porción media y cónica en la terminal. Tiene dos orificios: el cardias, que lo comunica con el esófago, y el píloro, que lo une al intestino delgado. Las paredes del estómago son musculosas y su interior se encuentra revestido de numerosas glándulas gástricas que segregan ácido clorhídrico y enzimas (proteínas cuya presencia hace aumentar la velocidad de las reacciones químicas). La función de tales sustancias consiste en favorecer la digestión de los alimentos y hacer que éstos adquieran consistencia líquida, para pasar a continuación al intestino delgado.
Digestión intestinal:
Intestino, porción del tracto digestivo situado entre el estómago y el ano. El intestino se divide en dos secciones principales: el intestino delgado, que tiene unos 6 m de longitud, donde se produce la parte más importante de la digestión y se absorben la mayoría de los nutrientes, y el intestino grueso, que tiene un diámetro mayor, una longitud aproximada de 1,5 m y es donde se absorbe el agua y determinados iones; desde él se excretan los materiales sólidos de desecho. El intestino delgado está enrollado en el centro de la cavidad abdominal y está dividido en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. La porción superior o duodeno comprende el píloro, la abertura de la parte inferior del estómago por la que vacía su contenido en el intestino. El duodeno tiene la forma de una herradura que rodea tanto a una parte del páncreas y el conducto pancreático, como a los conductos del hígado y de la vesícula biliar que vierten en él. El yeyuno o parte media del intestino delgado se extiende desde el duodeno hasta su porción terminal o íleon, que acaba en un lado de la primera parte del intestino grueso llamada el ciego. El intestino delgado tiene una membrana de revestimiento o mucosa, adaptada para la digestión y absorción que está plegada y cubierta por unas pequeñas prolongaciones llamadas vellosidades; éstas son pequeños tubos de epitelio que rodean un vaso linfático y gran cantidad de capilares. En su base se abren unas pequeñas depresiones glandulares llamadas criptas de Lieberkühn, que secretan las enzimas necesarias para la digestión intestinal. Las proteínas e hidratos de carbono digeridos pasan de los capilares de las vellosidades a la vena porta, que entra en el hígado, mientras que las grasas digeridas se absorben a través de los pequeños vasos linfáticos y alcanzan el flujo sanguíneo general. La mucosa del intestino delgado también secreta la hormona secretina que estimula al páncreas para producir las enzimas digestivas. El intestino grueso se divide en el ciego, el colon ascendente, el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoideo y el recto. El ciego es un saco abultado que se localiza en la porción inferior derecha de la cavidad abdominal y en los animales herbívoros tiene un gran tamaño. En la especie humana, las dos partes importantes del ciego son el apéndice vermiforme vestigial (véase Apendicitis), que se altera con frecuencia, y la válvula ileocecal, una estructura membranosa situada entre el íleon y el ciego que regula el paso del material alimenticio desde el intestino delgado al grueso y evita el retroceso de los productos de desecho tóxicos en el sentido inverso. El colon ascendente se eleva por el lado derecho del abdomen; el colon transverso lo cruza en horizontal y el colon descendente se dirige hacia abajo por su lado izquierdo. El colon sigmoideo es la porción que adopta esta forma cuando entra en la cavidad pélvica. La parte terminal del intestino o recto mide unos 15 cm de longitud y debe este nombre a su forma casi recta. La salida del recto se llama ano y está cerrada por un músculo que lo rodea, el esfínter anal. El intestino grueso tiene un revestimiento mucoso liso (sólo el recto tiene pliegues) que secreta mucus para lubricar los materiales de desecho. El alimento y los materiales de desecho atraviesan toda la longitud del intestino movidos por las contracciones rítmicas o movimientos peristálticos de sus músculos. La totalidad del volumen intestinal mantiene su posición en la cavidad abdominal gracias a unas membranas llamadas mesenterios.
Intestino delgado:
El conducto intestinal delgado es la parte más larga de todo el aparato digestivo, con una longitud de unos seis metros. Se puede considerar que está formado por tres partes: duodeno, yeyuno e íleon, aunque la separación entre cada uno de ellos no presenta límites definidos. Las principales funciones que desempeña el intestino delgado son el avance del alimento procedente del estómago, el desarrollo de la fase terminal de la digestión con jugos que segregan tanto sus propias glándulas como otras accesorias (hígado y páncreas) y, por último, la absorción de los productos alimenticios que se liberan en la digestión para que pasen a la sangre y, a través del torrente circulatorio, sean transportados a los lugares del organismo donde son necesarios. Las paredes del intestino delgado constan de cuatro capas concéntricas denominadas, del exterior al interior, serosa, muscular, submucosa y mucosa. La capa de tejido intestinal presenta pequeñas protuberancias en forma de dedo llamadas vellosidades, de cuya superficie surgen otras más pequeñas, las microvellosidades. Mediante estos salientes se aumenta la superficie intestinal unas 25 veces, lo que acrecienta la eficacia de la absorción. Cuando las enzimas digestivas han disociado las grandes moléculas de proteínas, polisacáridos, ácidos nucleicos, lípidos en sus subunidades constituyentes, los productos son absorbidos por la pared del intestino, especialmente del intestino delgado. Incontables pequeñas eminencias en forma de dedo llamados vellos, cubren toda la superficie de la mucosa intestinal, cada vello contiene una red de capilares sanguíneos, y un capilar linfático en su centro, al cual son transferidos los nutrientes. Los pliegues, vellos y microvellos juntos proporcionan una enorme superficie por la que puede producirse la absorción. Alguno vertebrados tienen una o mas bolsas ciegas, secas, que se unen al intestino y aumentan el área disponible para la absorción. La absorción es un complejo proceso producido en parte por simple difusión física, en parte por difusión facilitada y transporte activo. Las distinta hexosas son absorbidas por transporte activo, por un proceso que requiere el gasto de energía parea mover las moléculas contra un gradiente químico. Las distintas hexosas, glucosa, fructosa y galactosa, son absorbidas a diferente velocidad.
Intestino grueso:
La última porción del aparato digestivo la constituye el intestino grueso, integrado por el ciego, el colon y el recto. El ciego es la parte que comunica con el intestino delgado a través de la válvula ileocecal, y en la que se encuentra el apéndice vermiforme, cuya inflamación puede originar apendicitis, en cuyo caso es necesario extirparlo. El colon se subdivide en cuatro secciones: colon ascendente, que va de abajo hacia arriba hasta la zona inferior del hígado; el transverso, cuyo recorrido es horizontal de derecha a izquierda y se sitúa a la altura de la décima costilla; el descendente, dirigido de arriba hacia a bajo y que se ubica delante del riñón izquierdo; y, por último, el sigmoide, que se incurva dos veces sobre sí mismo, se sitúa en proximidad de la tercera vértebra sacra y continúa con el recto, que termina en el orificio anal. Así, el aparato digestivo se comunica con el exterior del organismo. La función básica del intestino grueso es la absorción del agua de los líquidos que no han sido asimilados en el intestino delgado y también los electrólitos (sustancias que, disueltas en agua, se descomponen para formar partículas cargadas eléctricamente). Además, almacena las sustancias sólidas de desecho hasta que son excretadas. El resto de las materias, una vez absorbidos los nutrientes, pasan del intestino delgado al grueso, o colon, dispuesto en el abdomen en forma de U invertida, de mayor diámetro y paredes mas gruesas que los segmentos precedentes. El intestino delgado desemboca de lado en el colon, a poca distancia de su terminación, de modo que deja un fondo de saco llamada ciego, de cuyo extremo todavía sobresale una proyección del porte de un dedo meñique , llamada apéndice. Desde la unión de los dos segmentos del intestino, el colon ascendente, como su nombre lo indica, se extiende en dirección vertical por el lado derecho del abdomen hasta llegar a nivel del hígado, donde cambia de dirección en ángulo recto y, con el nombre de colon transverso, cruza la cavidad abdominal por debajo del hígado y estomago. Ya a la izquierda del abdomen, vuelve a doblarse en ángulo recto y a tomar dirección descendente ( colon descendente ) hasta llegar al recto. La parte final del tubo digestivo está formada por el colon el recto y el ano. Una corta bolsa llamada ciego une el intestino delgado con el colon. el ciego, el colon y el recto forman el intestino grueso. de 1,5m de longitud, el colon cambia productos digestivos de desecho en una forma que el cuerpo que el cuerpo excreta como heces por el recto y ano. Cuando la comida cuando la comida llega al colon ya se han absorbido los nutrientes escenciales para las funciones del cuerpo.
Características evolutivas:
La principal función intestinal es la absorción de los principios nutritivos utilizables por el organismo, resultantes de la digestión de las grandes moléculas orgánicas ingeridas por el animal y en las que tales principios se integran, complementada por la degradación de algunos nutrimentos. En el intestino se absorben también grandes cantidades de agua, que de otro modo se perdería junto con los desechos, y se forman las heces.
A lo largo de la evolución animal, el intestino se ha convertido de modo progresivo en un órgano largo y complejo, con elevada capacidad absorbente y digestiva, para lo cual sus paredes han experimentado un proceso de expansión y plegamiento hasta constituir los repliegues intestinales con el fin de incrementar la superficie de absorción. Además, como ha ocurrido con otros aparatos y sistemas, sus partes se han diferenciado, y en los animales superiores presentan dos zonas netamente definidas: el intestino delgado, anterior, cercano al estómago, y el intestino grueso, situado a continuación. Cada parte se ve subdividida a su vez en distintas regiones, diferenciadas estructural y morfológicamente.
Afecciones intestinales:
Entre las afecciones habituales del intestino delgado cabe citar los trastornos infecciosos o enteritis, en los que se producen inflamación, fiebre, diarrea, etc.; diversos tipos de malabsorción, que determinan una insuficiente asimilación de los nutrimentos; y trastornos causados por la acción de organismos parásitos, en su mayor parte gusanos y protozoos flagelados.
El intestino grueso puede verse alterado por enfermedades infecciosas, como la colitis, de origen bacteriano, caracterizadas por la abundante diarrea; o por la actuación de protozoos parásitos, como algunas amebas que originan la disentería amebiana.
La evacuación insuficiente del intestino se conoce como estreñimiento y puede ser debida a diferentes causas, tales como oclusiones, inflamaciones, inadecuado régimen alimentario (falta de fibra en la dieta) y otros. Se corrige mediante la administración de laxantes y aumento de las verduras y frutas en la dieta, aplicación de calor, etc.
Páncreas:
La glándula pancreática está situada detrás del estómago y resulta imprescindible para la vida. Su fisiología se centra en la secreción de sales alcalinas (bicarbonatos) con el objeto de poder neutralizar los ácidos del estómago, así como las enzimas necesarias para la digestión. Por otra parte, desempeña un papel decisivo en la producción de hormonas: la insulina y el glucagón son las encargadas de regular la asimilación metabólica de los carbohidratos.
Hígado:
El órgano hepático es la glándula más voluminosa del cuerpo humano. Su peso oscila en torno a los 1,5 kg. No tiene una sola función, sino que desarrolla múltiples procesos (almacenaje de grasas, carbohidratos y proteínas, producción de proteínas para la coagulación sanguínea, etc.), pero de todos ellos el único que parece directamente implicado en el funcionamiento del aparato digestivo es la síntesis de la bilis, sustancia líquida y viscosa, de color amarillo verdoso, que interviene en la digestión de las grasas y evita la putrefacción intestinal.
Vesícula biliar:
La bilis se halla contenida en una pequeña vejiga en la que se elimina el exceso de agua. Si la concentración biliar es excesiva, pueden producirse cálculos, que se deben extirpar mediante cirugía.
Actividad en el colon:
La función principal del colon es convertir en heces el líquido del intestino delgado, llamado quimo. Los millones de bacterias del colon producen vitaminas k y b, Así como los gases de hidrogeno, anhídrido carbónico, sulfuro de hidrógeno y metano. El recubrimiento del colon segrega moco para lubricar el interior del intestino y facilitar el paso de las heces. El moco produce anticuerpos que protegen contra la enfermedad.
Absorción de agua de las heces:
El sodio, el cloruro y el agua son absorbidos a través del recubrimiento del colon y pasan a la circulación,de modo que las heces se hacen más secas. Segregan bicarbonato y potasio para tomar el lugar del sodio y del cloruro
Consolidación de las heces:
En el tracto intestinal viven miles de millones de bacterias, normalmente inofensivas siempre que no se extiendan a otras partes del cuerpo. Se alimentan de la fibra no digerida de la materia fecal y ayudan a reducir así la cantidad de heces que se producen. Al ser excretadas, aproximadamente una tercera parte del heces se componen de estas bacterias.
El quimo en el intestino grueso:
El quimo pasa del íleon (la última parte del intestino delgado)a través de la válvula ileocecal. Cada vez que se abre la válvula, una parte del quimo es empujado desde el íleon hacia el ciego para moverse por el colon ascendente.
Formación de desechos y defecación:
Aunque las materias que llegan al colon han perdido mucha parte de sus componentes, el conjunto todavía es líquido. Cierta cantidad de agua es absorbida en el intestino delgado, aproximadamente la equivalente a la aportada por la bilis y el jugo pancreático. La principal función del colon es absorber agua y reducir las deyecciones a consistencia semisólida. En el colon se producen también los mismos movimientos que en el intestino delgado, peristálticos y rítmicos, aunque unos y otros son mas lentos y perezosos que los correspondientes en el segmento anterior. De cuando en cuando, movimientos peristálticos más enérgicos impelen las materias hacia el recto; estos movimientos son mas frecuentes después de haber comido, debido a un mecanismo reflejo por el cual la repleción del estómago estimula el vaciamiento del colon.
Defecación:
La defecación en parte es voluntaria, debido a la contracción de los músculos de la pared abdominal y del diafragma, y a la relajación del esfínter externo del ano, y en parte involuntaria, dependiente de la relajación del esfínter interno del ano y de la contracción del intestino grueso y el recto, que impulsan las heces hacia el ano. La distensión del recto y el estimulo resultante de los nervios de sus paredes es lo que despierta el deseo de defecar. Si este aviso se desatiende, el recto se adapta al nuevo tamaño, el estimulo se reduce y por fin desaparece.
Recto y ano:
Recto: Forma parte del intestino grueso, y esta situado a continuación de este. Tiene forma cilíndrica, excepto en su parte inferior, llamada ampolla. Se llama recto porque es mucho menos fluxuoso que el colon. Tiene por termino medio, 13 cm. de longitud. En su interior presenta dos especies de válvulas (válvulas de Houston), una de ellas (la de Kohlrausch) bastante visible en el lado derecho. En su parte inferior hay una serie de repliegues curvilíneos, las válvulas semilunares de Morgagni, separadas entre si por las columnas del mismo nombre. Ano: Por debajo del recto esta el canal anal, de unos cuatro cm. de longitud, revestido de crestas verticales llamadas columnas anales. En las paredes del canal anal hay dos fuertes hojas planas de músculos llamados esfínteres interno y externo, que actúan como válvulas y que se relajan durante la defecación.
Fisiología y enfermedad:
La regulación de los procesos que se realizan en el aparato digestivo es llevada a cabo por el sistema nervioso y por ciertas hormonas y, en algunas partes, también por sustancias químicas. Como el resto de las partes del cuerpo, cada uno de los órganos que integran el aparato digestivo es susceptible de padecer enfermedades. La terapéutica de este sistema comprende áreas médicas de distinta índole. Así, la odontología, la gastroenterología y la cirugía son disciplinas que centran sus estudios y tratamientos en los órganos digestivos.
Todas las partes del sistema interactúan continuamente entre si y con el mundo exterior. Cuando cualquier sustancia, incluso el tiempo y el espacio, ejerce un impacto sobre nosotros; sus características, tanto innatas como añadidas, influyen en nuestro sistema. Son conocidos diez importantes pares de características opuestas que influyen en los organismos vivos. Cada uno de esos diez pares de dualidades define un continuo de actividad. Vamos a ver el continuo y las características: Peso: Pesado y ligero; Temperatura: Frío y caliente; Suavidad: Oleoso o húmedo y seco; Intensidad: Lento o apagado e intenso; Fluidez: Estable y móvil; Rigidez: Blando y duro; Adherencia: Claro y pegajoso; Textura: Suave y áspero; Densidad: Sutil y grueso; Viscosidad: Sólido y líquido.
Cada característica es un tendencia, un movimiento que se encamina hacia o se aleja de uno de los polos. La medicina solo se ocupa de los extremos relativos posibles dentro del organismo vivo. Tiende a ser pendular. Las percepciones del organismo individual están fuertemente influidas por el entorno en el que se vive.
Las emociones que se sienten influyen de un modo directo en la fisiología, y las fluctuaciones corporales alteran las emociones.
Un medico hábil se vale de sustancias “semejantes” o “distintas” para aumentar o disminuir los elementos corporales y reavivar los fuegos internos del organismo. Si hay un desequilibrio en el sistema, se ven afectadas la vitalidad, la adaptabilidad y la inmunidad del cuerpo.
Un individuo con mala digestión da idea de ser un haz de luz, pero observando con mas detenimiento se vera que no es mas que un puñado de nervio. Toda energía que debería estar vigorizando cada célula se ha convertido, en cambio, en energía nerviosa, que es inútil para la mayoría de las funciones corporales, y por lo tanto es preciso “quemarla”. De la misma manera, una superabundancia de “fuego” produce, con seguridad, inflamación física o mental y el sistema se carga de abundantes “jugos” que lo “cargan” de turbias toxinas, si no hay un equilibrio.
Cada una de nuestras actividades afecta y resulta afectada por la circulación de nuestra “atmósfera” interna o viento interior, que influye mediante la estimulación de los nervios físicos que estimulan las glándulas de secreción interna, que traducen sus impulsos dándoles forma física.
En extremo Oriente, se dice: “NO PUEDES LLENAR UNA TAZA QUE YA ESTA LLENA”. Lo mismo pasa con el desequilibrio de un organismo “cargado” al que no se debe incorporar elementos, nutrientes y demás que no harían mas que desarmonizar en vez de re-direccionar la salud.
Tendremos que, primero, dar importancia a “limpiar” la taza para poder llenarla, luego, con el te mas rico y perfumado.
Existen distintos métodos sencillos y naturales que ayudan a una conveniente depuración:
AYUNO. Teniendo en cuenta la edad, raza y necesidad del paciente, se sugerirá una dieta balanceada donde se cuidara, expresamente, que solo depure su organismo pero que no pierda el equilibrio electroquímico del mismo.
La ingesta de liquido, preferentemente agua, consumida en forma continua pero en pequeñas cantidades a lo largo del día, ayudara al sistema linfático a liberar las toxinas acumuladas en el organismo para, luego, ser fácilmente excretadas.
MASAJES. Ayudan a desbloquear los meridianos del cuerpo y estimulan el drenaje linfático, relaja y equilibra la energía. Claro que hay que tener muy en cuenta con que elemento/s se realizan los masajes y la calidad de los mismos, teniendo en cuenta que la piel es un órgano digestivo; por donde puede entrar un alimento, (como el aceite de mostaza, que nutre y protege al organismo contra el resfrió en India en época de invierno), como así también otros componentes que pueden estar introduciendo al tóxico al organismo.
RESPIRACIÓN. Tomando conciencia que es mas que un proceso mecánico necesario para la subsistencia. Comprendiendo que es una energía que ingresa por la nariz y que debe hacer un recorrido pausado y completo hasta el vientre. Ayuda a quemar grasas, oxigena sangre y cerebro y es el único y verdadero masaje interno que realmente reciben los órganos.
EJERCICIOS. No importa si el paciente jamás movió un dedo mas allá de lo que acostumbra en su vida diaria. Tampoco se volcara al desenfreno de ejercicios fuertes. No es para nada productivo y , menos, saludable. El ejercicio debe ser desde una agradable caminata, hasta suaves elongaciones que le irán ayudando a lograr un ritmo respiratorio mas acorde a sus necesidades físicas y mentales.
ACTITUD MENTAL. Partamos de la base que todo en el Universo es energía, electricidad y magnetismo. La mente viene a ser un transformador y ordenador de muchos impulsos eléctricos que se transforman en ordenes diversas que se representan en imágenes, colores, sonidos, formas, palabras y, su resultado final: PENSAMIENTOS.
Según la calidad, cantidad y, lo mas de cuidado si no se controla, intensidad del pensamiento; vendrán los resultados al mundo real del individuo. Importante es identificar que clase de pensamientos genera durante el día, cada día y en que momentos del día. Distinto es el resultado de la salud de un individuo que tiene tendencia a lo positivo y creativo, a un individuo que se abandona y no solo se destruye yendo en picado; sino, que destruye a su entorno mas próximo y, comúnmente sucede, también a los demás.
ALGUNOS METODOS DE DIAGNOSTICO NO INVASIVOS:
LA PARTE FÍSICA Y MENTAL. Si el paciente, en la entrevista, se encuentra relajado, tenso o vencido. Eso nos identifica su actitud ante la vida. Si se sienta erecto o desmadejado. Si acompaña con su cuerpo lo que expresa verbalmente. Si se “abre” a la entrevista, si ayuda con sus comentarios a partir de lo que se trata. Si nos mira de frente cuando le hablamos, o si solo esta esperando que termine pronto todo para irse. La potencia y tono de su voz. El brillo u opacidad de sus ojos. El estado de su piel, su cabello y sus uñas, etc.
Estas son algunas pautas importantes para comenzar a identificar el “mundo” del individuo que tenemos ante nosotros. La clave es compaginar el “mundo” que vemos, el que nos relata el paciente y el que captamos con nuestro saber y, sobre todo, con nuestros “sentidos”. Existen “detalles” que van mas allá de lo físico y que nos señalan una realidad “aparte” que nos ayuda a identificar mejor un diagnostico.
EL ENTORNO DEL PACIENTE. Hay que profundizar su entorno familiar, laboral y el medio ambiente en que habita. Muy distinto responde un individuo que desarrolla una actividad que le motiva a otro en el que todo movimiento es una carga que le despoja de energía. Esto esta estrechamente ligado al grado de aceptación que tenga el individuo sobre lo que hace, por que lo hace; si le conviene, si le gusta, si tiene vuelo creativo.
La parte anímica del individuo esta conectada en su totalidad con el Sistema Inmunológico, de allí la calidad de su rendimiento en lo que hace y la respuesta de su estado vital.
Las percepciones del organismo están influidas por el entorno en el que vive. Si esta en un medio contaminante: Un lugar con poca ventilación; sin cambio de aire, se respira en un medio viciado; la sangre no se oxigena bien y el cerebro se ve afectado. Si no cuenta con luz natural, el organismo todo responde en concordancia. Si esta mucho tiempo con pantalla de computadora; muchas horas de trabajo sin hacer movimientos mas que escribir, sentado, etc. Si toma poco liquido. Si esta rodeado de elementos artificiales como alfombras y elementos sintéticos, etc.
TIEMPO. Según el ritmo de vida que tenga el individuo es el resultado del estado de su salud.
En grandes ciudades, donde el tiempo parece una caricatura oscura con garras que quieren atrapar al individuo; hacen que este no tome conciencia de que el tiempo es solo una actitud mental y que, sabiéndolo administrar, le queda “tiempo” hasta para su esparcimiento individual. Se debe ser responsable en todo, no solo en la obligaciones.- Es mas, “funcionando” bien y en plenitud, el individuo, su rendimiento es mucho mejor.
Ahora bien, lo mas importante: Que tal la alimentación...?
Se entiende por alimento uno o varios elementos que brindan aportes al organismo para su mantenimiento. Pero cuidado. Un “alimento”, puede no nutrir...
Según la raza, costumbres; posibilidades y medios, un individuo acostumbra a ingerir ciertos elementos que le sirven a su subsistencia. Ahora, vamos a dedicar mayor atención a que se ingiere, como funciona con respecto al organismo y que resultado se logra.
Hoy en día, se esta haciendo cada vez mas patente la tendencia del individuo de “ESTAR BIEN, SANO Y VITAL”. Compra revistas, libros, etc. Y se entrega con desenfreno a dietas espartanas, ayunos varios y dietas liquidas. Quiere todo rápido y con “mágicos” resultados. Un total descontrol metabólico en el que el pobre organismo no sabe hacia donde disparar.
Un individuo que realiza grandes esfuerzos, mal puede responder con un tembloroso platito con lechuga y con un vaso con agua. Tampoco alguien que acostumbra consumir verduras, va a “despacharse” un suculento bife de ternera.
Una cosa es ingerir un alimento y otra, las condiciones que se manifiestan en su organismo. Todo lo que entre en el debe ser bien “digerido”; cada vez que una experiencia queda “sin digerir”, el individuo pierde su coherencia y enferma.
Las emociones que siente influyen de un modo directo en la fisiología, y las fluctuaciones corporales alteran las emociones.
Ahora bien; Come o “traga” el bocado que lleva a su boca?. Que consistencia tiene y si mastica lo suficiente para ensalivarlo y ayudar a preparar el bolo alimenticio? Su dentadura “funciona” bien o solo trata de “cumplir” de forma rápida para tragar y recibir el siguiente bocado?. Habla cuando come? Cuidado con el aire que traga!. Lo “corre” alguien...?
Darse el tiempo para que lo que ingrese a nuestro organismo sea móvil de deleite alimenticio y no un “tramite” mas.
Lo que se ingiere puede llegar a ser muy rico en aporte beneficiosos para el organismo, pero si obviamos el importantísimo proceso de masticación, tiramos por la borda todas las propiedades de lo que pretendemos ingerir al no permitir el logro de una perfecta asimilación en un proceso digestivo.
Cuando un organismo esta sano, su adaptabilidad es fuerte y su digestión poderosa, y se producen pocos desechos metabólicos; en la mala salud, prevalecen los desechos.
El sistema digestivo puede llegar a subsanar ciertas “fallas” en lo que recibe como alimento para procesarlo, pero no deja de convertirse en un proceso mecánico que no cumpliría con la función para lo que fue creado, y el organismo se empobrecería gastando aun mas energía de la que se le permite reponer.
Hasta la célula mas pequeña del cuerpo tiene una estructura: Ingiere alimentos y los digiere, y expulsa los desechos. La vida se basa en estas tres actividades: Movimiento (energía cinética), metabolismo (energía potencial) y estabilidad (la fuerza que regula la conversión de la una en la otra.
Vamos a la calidad de lo que se ingiere y las propiedades útiles para el organismo.
Una vez que el alimento es impulsado a través del tubo digestivo; si el recorrido es demasiado lento o demasiado rápido, la digestión, la asimilación y la eliminación se resentirán. La energía cinética contribuye a la combustión del alimento al activar ciertos órganos para favorecer la secreción de jugos gástricos. Esto va aparejado al ritmo respiratorio para lograr una secreción y “aireación” equilibrados que ayudan a un proceso sostenido para la descomposición y asimilación de los nutrientes y la equilibrada posterior expulsión de los desechos.
Cada vez mas estamos ante los peligrosos “espejitos” de colores que seducen nuestros sentidos. Platos preparados de forma vistosa y que no aportan gran cosa al organismo. Combinaciones de elementos que alteran, desde lo mas sutil hasta lo mas grotesco, la química “normal” del organismo y que “descolocan” la fases lógicas de absorción de sus propiedades, si las hay, en todo el proceso digestivo. Incursiones a alimentos que no se acostumbran y que dan resultados desastrosos.
Y... Lo mas importante: Que se piensa mientras se come...?
Cada célula del cuerpo humano participa en alguna medida de conciencia; cada célula “sabe” que hay otras células y se comunica químicamente con ellas. LA VIDA ES CONCIENCIA. LA NATURALEZA ES UNA CONCIENCIA SIN COSTURAS.
No hay nada en el mundo fijo y externo que sea inmune a la influencia del pensamiento. Nos convertimos en lo que creemos, y también en eso se convierte nuestro mundo. Si uno puede formarse conceptos con la suficiente energía, cualquier cosa que se imagine sin duda lograra que suceda.
Es importante desembarazarse de lo viejo y atraer lo nuevo en un continuo restablecimiento de si mismo.
Cada uno de los pensamientos afecta al organismo; la fuerza con que el individuo se aferra a sus concepciones pasadas determina el tiempo durante el cual estas seguirían limitando sus posibilidades futuras.
El potencial para tener pensamientos positivos es ILIMITADO.
Los pensamientos saludables crean salud; los pensamientos sombríos y de desesperación hacen que el cuerpo pierda la esperanza y se rinda a la enfermedad.
La mente puede jugar muy malas pasadas, porque los conceptos que se transmiten como ideas, son ordenes que no quedan “suspendidas” solo en la mente; sino, que se expanden como filamentos de partículas de energía que afectan el éter, (puede considerarse como elemento Aire); pero no solo afecta a nuestro “entorno” aéreo, va mas allá de las distancias conocidas por el humano.
La mente es un generador de impulsos electroquímicos que conectan con otros impulsos electroquímicos como una red de energía que envuelve a quien lo emite y conforma lo que se conoce como “huevo áurico” . Esa red, comúnmente, no es pareja sino que tiene un movimiento pulsátil y sus partículas tienden a concentrarse según la intencionalidad , concentración, calidad y dirección que ejerce la mente del individuo. Existen partes o zonas casi fijas que coinciden con los plexos que operan sobre las partes orgánicas del cuerpo.
Los hay infinitos, pero los mas destacables y mas importantes son los que generan el pensamiento y el que equilibra las fuerzas del Cosmos con el de la Tierra: El Plexo Solar o Cerebro Digestivo, quien conforma una red apretada de filamentos electromagnéticos y químicos que interactúan con el apretado manojo de ramales nerviosos que actúan en esa zona y, justamente, afecta al sistema o aparato digestivo. Es el “Hara” para los japoneses; el “Tan tien” de los chinos; el Manipura en India y así en distintas culturas. Ambos “cerebros” forman un “arco” perfecto constantemente conectado.
Antes que quedarse con el concepto de un órgano, habría que considerar la “funda” energética del mismo y como reacciona en concordancia con la calidad del pensamiento del individuo.
Un flujo continuo de energía es sinónimo de equilibrio. Depende de la calidad de pensamiento, ese flujo es continuo o se detiene y bloquea puntos clave que afectan a órganos y sistemas.
No olvidemos que la calidad del pensamiento actúa en concordancia con el Sistema Digestivo. Por eso, es aconsejable no ingerir alimentos si se esta deprimido, angustiado, triste o enojado.
Algo muy importante: CADA QUIEN A LAS NECESIDADES DE SU ORGANISMO. Detalle que muy poco se tiene en cuenta y por eso no se logran grandes resultados. Los aportes pueden llegar a ser aproximados, pero nunca los mismos: Por edad, sexo; su patrón hereditario, contextura física, actividad, necesidad y actitud mental.

ADRIANA A. GROSSI