Cada vez más, me convenzo que, en todo lugar, Institución, Organización, Hogar y demás, deberían contar con un sector especialmente dedicado para aquellas personas que están… “Enojados”!.
Si nos fijamos, toda persona puede tener, en
algún momento; o, si es “reincidente”, varios momentos en el que experimenta
contrariedades, disgustos; reacciones varias relacionadas con el o los…
“Enojos”!.
Se comprende que, esa persona, en ese
momento especial de “enojo” puede llegar a reaccionar de muchas maneras, pero…
¿Tiene derecho a “expresar”, ese o esos
“enojos”, ante cualquier otra persona que se le cruce en el camino; o, en el
momento y lugar donde se encuentre?.
Un detalle más que interesante es, cuando se
presentan situaciones así, que la persona se detuviera, un instante, en pensar
muy bien en qué va a hacer y qué va a decir y/o, tal vez, “explotar” con todo
en su “Enojo”!.
Es cierto que, una reacción así, hace que el
cuerpo experimente una “recarga” de una energía específica; y, la persona,
instintivamente, sienta que todo “eso”, debe salir de su interior. Podríamos
comprender ese detalle a nivel “salud”.
Pero… En esa “descarga” que le puede
“aliviar”… ¿Cómo van a quedar, a sentirse aquellas personas que recibieron toda
esa “artillería” agresiva?.
Al “Usuario-del-“enojo”, ¿Le interesa todo
eso?...
…¿O piensa que, una vez “aliviado”, con sólo
poner cara de excusa y pedir perdón… Ya está?.
No, no hay ningún tipo de excusa!.
Somos, Seres Sociables que se
interrelacionan con otros; y, dentro de ese “ejercicio”, buena parte está
representado por eso, tan interesante que muchas veces se olvida: La
Convivencia.
Pues bien. Ahora vamos a pasar a mi TÉCNICA
CON ESPEJOS, PARA VENCER LOS… “ENOJOS”!.
La verdad, toda persona que tiene un
“enojo”, sería interesante que pusiera en práctica, como hago yo: Me retiro un
poco de lo que estoy haciendo hasta que se me “pase”!. Es que pienso que no es
correcto ni “Infectar” ni “invadir” espacio, tiempo ni atención de mi entorno.
Aún si existe, ahí, el motivo de mi “enojo”. Es darme un breve tiempo para
identificar cuál es el motivo de ese-mi-“enojo”. Dónde y cuándo empezó y con
qué estrategias cuento como para calmarme y buscar alguna solución posible,
para esa situación y para no permitir que se repita!.
Hagamos de cuenta que disponemos, en el
lugar en que nos encontramos, de un sector que esté identificado para
“resolver” el “enojo”.
Hagamos de cuenta, también, que ese sector
puede ser una especie de habitación, oficina, un “aparte” identificado para tal
“ejercicio”:
Hagamos de cuenta, que, en ese lugar, hay un
espejo.
Están el espejo y la persona “enojada”.
Nadie interrumpe, así que, no le queda otra
posibilidad de realizar ese “ejercicio”.
Adjunto imágenes de espejos, con distintos
marcos, para ayudarles en la visualización del propósito de esta Terapia:
La importancia del espejo, es para que la
persona “enojada”, descubra en qué se “transforma” cuando está “enojada”. Porque,
no se “vé” cuando está en pleno “ejercicio-del-enojo”.
Los que sí lo ven… Son los demás!.
Hagamos de cuenta que el primer espejo,
tiene un marco oscuro, que hace que todo se presente con más “dureza”.
Si comenzamos a ver la expresión que se
refleja. La facciones se encuentran más que “rígidas”, forzadas. A veces, hasta
llegan a “doler” cuando nos relajamos y comprobamos que estuvimos expuestos a
un sobreesfuerzo de los músculos de la cara… Y sin tener en cuenta los estragos
que han hecho los nervios en el resto del cuerpo!.
La mirada se “oscurece”, las pupilas se han
dilatado casi en su máxima expresión y es como si tuviéramos ojos…Negros!.
¿Qué se ve?...
¿… A una persona, tal vez, “extraña?.
No, simplemente es lo que reflejamos, de
nuestro interior.
Yo le llamo: “Las Toxinas del Enojo”!.
Porque si las personas tuvieran en cuenta
el caudal de reales toxinas que generan pensamientos encontrados, en todo su
organismo; pues, que luego no se queje de migrañas, contracturas cervicales;
indigestiones, estreñimiento y ni hablar de insomnio!.
Bueno, hemos ido identificando lo
pernicioso de un “enojo”.
Ahora bien.
¿Qué elegimos…
… Pasamos al siguiente ejemplo de otro
espejo… O nos quedamos en el oscuro?.
Ahora bien, ya estamos ante un espejo con
marco claro, que da idea de “expansión” de imágenes, de ideas y deseos.
Ya nos hemos propuesto, aunque sea para ver
qué pasa si cambiamos de actitud ante las situaciones.
Si observamos la expresión de la cara,
podremos ir notando que ya no está tan “contraída”. La espalda está más
derecha, la nuca relajada y hasta notamos que respira más pausado y su
expresión se torna más “tranquila”…
…Pasó
el “Nubarrón”…!, la “tormenta”…!.
Nos damos un tiempo para “disfrutar” de esa
“Nueva” persona que estamos “descubriendo”. Que ya no tiene la piel “oscura”.
Su mirada tomó el color de siempre. Ya no se contraen los labios, ni su cuerpo
ni… Su mente.
Ahora
bien, vamos a “experimentar” esta, mi propuesta:
Al marco del espejo, le vamos a poner
colores. El o los que gusten…
… Les invito a dedicarse el momento como
para crear experiencias nuevas; todas suyas, vibrantes, luminosas y creativas!.
Les invito a serenar sus mentes y “regalarse”
una sonrisa.
El “enojo”, dejó de “ser” porque no lleva a
nada “edificante”.
El bienestar que notaremos en nuestras mentes
y en nuestros cuerpos, nos harán sentir con una fuerza controlada y vigorizante.
Ya no le damos “poder” alguno al “enojo”,
que desvasta, arruina situaciones y, algunas de ellas, no van a ser fáciles de “enmendar”.
… Dejèmos de “alimentar” los “enojos” que
nunca llevan a buen puerto…
Dejemos de dañar, de dañarnos y dañar a los demás
con los “enojos”.
Los “enojos”…
¿Valen
la pena…?
ADRIANA
GROSSI
PSICORIENTÒLOGA
06/09/12
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