La acción de tratar, con otras personas, es un ejercicio permanente que tenemos en nuestros día-a-día.
¿Cómo nos portamos con los
demás?.
Desde que amanecemos,
tendríamos que tener en cuenta qué tipo y calidad de pensamientos alberga
nuestra mente.
según lo que pensemos...
Predisponemos el día!.
Si estamos enojados por algo o
con alguien; detengámonos a identificar hasta dónde llega nuestro enojo, qué
nos molesta y si lo podemos solucionar... Y no "trasladar" el o
nuestros enojos a nuestro alrededor.
Los demás, no tienen por qué
ser blanco de todos los tipos de agresiones que podemos "brindar" a
nuestro entorno!.
Cuidado!.
Se supone que somos seres
"sociables", por tener que convivir en sociedad.
Hoy en día, el
geo-electro-magnetismo, hace tiempo que está afectando al
bío-electro-magnetismo de todo ser viviente en nuestro planeta.
Pero eso, no nos da
"licencia" como para agredir a nuestro entorno y, a su vez, ser
agredidos.
No hay excusa y, menos, después de haber
cometido "infracción" de comportarnos de forma desagradable; en
alguno, si no en todos los aspectos; y, luego, recurrir a la cobarde muletilla
del: "Lo siento... No sé qué me pasó"!.
El error está hecho y no existen
"curitas" para "remendar" una mala acción.
Si actuamos con inteligencia,
respeto y sopesáramos e identificáramos qué está pasando; el maltrato, no
tendría razón de ser.
¿Qué nos da licencia para
actuar de un modo tan desagradable?.
Siempre le doy mucha importancia
al "modo" con que hacemos algo; que bien podemos hacerlo bien, de
entrada, y no estar haciendo las cosas a medias y tener que estar, luego,
tratando de "emparchar" y enmendar una mala actitud.
No, no hay excusa para el mal
trato. Es algo que no debería existir.
Ahora bien:
¿Qué elegimos aplicar en
nuestras vidas...?:
¿TRATO, BUEN TRATO... O, MAL
TRATO?
ADRIANA GROSSI
PSICORIENTÓLOGA
19/08/12
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