Esta madrugada, vi , en TV, casi el final de la película "Fuímos Héroes". Representando una situación bélica particular, en Vietnam, (1965), en una zona denominada "Valle de la muerte" o Ia Drag. Habían 400 soldados norteamericanos que fueron rodeados por 2.000 soldados enemigos. Bajo fuego, se dieron actos de valor, lealtad y ha sido considerada "la peor experiencia a gran escala de la Guerra".
La imágen final, presenta a uno de los Efectivos interviniente en esa historia; sentado, tecleando ante una máquina de escribir. su expresión, entre triste y espantada; y, en un momento, dijo. "Quien estuvo en la Guerra, no lo puede olvidar nunca". se tomó los costados de su cabeza, que agachó hacia adelante, y se puso a llorar.
Siempre me pregunté: ¿Hasta qué punto, al Efectivo, le preparan para una Misión?.
Y, cada vez más, estoy convencida que una instrucción, para lo que sea, debe ser "integral"; hasta en su más mínimo detalle!.
Muchas veces, justamente lo "mínimo", se convierte en "máximo"!.
Ahora bien, todo Efectivo recibe instrucción, -se podría decir "básica"-, en cuanto a conocimiento y manejo de armas, desplazamientos; maniobras varias, etc.. Luego, viene la profundización de su especialización, que no debe estar "divorciada" del conocimiento, aunque sea leve, del accionar de los integrantes de las otras áreas.
En toda Misión, por supuesto que se trabaja con Efectivos de otras áreas, en conjunto, y todos deben funcionar en un único "conjunto" para que la Misión sea efectiva.
Ahora bien. Siempre hay que ir más allá de lo que se aprendió y se sabe. Los conocimiento adicionales para que el Efectivo se sienta seguro y más "templado".
El saber, es poder.
Conocimientos ya, más específicos: Sobre la geografía a donde debemos ir. a qué país pertenece. Su idiosincracia, idioma, población. su ritmo de vida; y... sobre todo: si están acostumbrados a la lucha, cómo lo hacen, sus tácticas, y, lo ´más importante: A qué le temen.
Por ejemplo, hemos sido asignados a un lugar, totalmente diferente a lo que conocemos. Es distinta geografía. Hagamos de cuenta que es Vietnam o una zona parecida.
Hace calor, es húmedo... Y más húmedo si nos tocan sus interminables lluvias!.
Si hacemos un recuento de lo que encontramos. Lluvia, humedad; ropa que no se seca nunca, insectos de todo tipo, formas y colores; y que, si tenemos un encuentro cercano con ellos... Nuestra piel debe parecerles un festín!. recién llegados, con un tipo de alimentación acostumbrada de donde venímos. Entonces, el ph de nuestra piel y nuestra sangre, nos transforma en un delicioso bocadillo para "degustar". Claro que, el "bocadillo" resulta que responde bastante mal en cuanto a resistencia a como lo hacen las pieles de los lugareños.
Pasemos a los habitantes, si los hay a la vista, del lugar. si representamos a un país para ellos "hostil"; aunque veamos que nos sonríen, mostrando una hilera de dientes bastante dudosa, tengamos la previsión de tener el menor contacto con ellos y el 100% de atención a todo lo que vemos, todo lo que hacen y todo lo que hagamos.
Una sonrisa... Puede ser la antesala de la muerte1.
Es cuando, seriamente, deberemos hacer recuento de nuestras reservas de agua, alimentos, municiones, etc..
En cuanto a la zona habitada allí, deberemos hacer de cuenta como que no existe.
Si tienen un pozo de agua... ¿Y si la envenenan?.
Si ofrecen frutas y verduras para la venta... ¿Sabemos cuál es fruta y cuál verdura?. Algunas de esas frutas... ¿Se pueden comer crudas... O, por nuestra ignorancia nos encontramos, luego de ingerirlas, con espasmos intestinales que, con el consabido ejercicio de evacuar nos encontramos debilitados; y que, de presentarse la situación, no estamos aptos para la acción?.
En esas zonas, lo que se ve... Puede no ser lo que se cree!.
¿Nos impartieron, clases extras, donde nos instruyeran en el tema: "En caso de presentarse esto... Haga esto"?.
Ahora bien, hagamos de cuenta que, una vez llegados a esa zona, identificamos cosas, nos adaptamos a lo presente; nos sentimos en condiciones para, llegado el momento, entrar en acción!.
Pero...
¿Nos instruyeron sobre lo que es un muerto, un herido; si el herido o muerto es nuestro compañero de tareas, o si se cae herido?.
¿Nos prepararon para aceptar estas "sorpresas", psicológicamente?.
¿Nos prepararon para el manejo del dolor, propio o de otro?.
¿Nos dieron tiempo para prepararnos y aceptar todo esto que no estaba en ningún libro?.
Sostengo que toda instrucción, debe ser "integral"; aunque algunos estómagos, según el caso, no lo resistan.
¿Qué tanto puede saber, identificar y aceptar, un Efectivo, si se encuentra ante una situación así?.
Es ahí cuando viene su choque con esa realidad distinta, que se grabará en su mente y que comenzará a afectar a todo su organismo, ante ese trauma.
Entonces... El efectivo, ya no será el mismo, y su respuesta a la acción, tampoco!.
Se conoce que la armada británica, como parte del entrenamiento, conduce a algún matadero de animales, a sus efectivos; con el fin de que se familiaricen con un "cadáver". El olor de la carne fresca, el olor de la sangre, ver tejidos abiertos, etc..
Lo encontré realmente lógico porque es un modo en que, el Efectivo, "incorpora" otra serie de detalles con los que se puede encontrar.
Conociendo, comprende, asimila, acepta... Y sigue!.
Claro que un cuerpo de un animal, según su clase, no se equipara con lo que se puede ver u oler en un cuerpo humano.
Ahora bien. Supongamos que esté aprobado este tipo de entrenamiento, hipotéticamente!. ¿Cómo y dónde se consigue un cadáver?. Si se pudiera conseguir uno en la morgue de un hospital, no serviría y hasta presentaría riesgos patológicos; salvo si la instrucción se orientara hacia ciertas enfermedades, o, yendo más lejos, cómo respondería un tejido humano ante armas químicas, etc..
Podría llegar a ser el permiso de una morgue judicial, donde podrían presentarse más ejemplos sobre heridas con armas blancas o armas de fuego. Pero, en este caso, podrían apreciarse resultados del impacto de algún proyectil, pero nunca de cómo quedaría expuesto un cuerpo después de una descarga de ametralladora; o lo que quedó, de ese cuerpo, después de haber sido alcanzado por un explosivo, mina, etc..
Pues bien. Descartemos esas posibilidades hipotéticas, como también la posibilidad de "invitar" a un Efectivo, para oficiar de "cadáver"!.
Entonces, los británicos, tienen razón. Visitar un matadero.
Si buscamos qué animal se aproxima a las características similares a las del cuerpo humano... El cerdo!.
Ahora bien, volvamos a la geografía del ejemplo:
En un momento, se presenta que debemos entrar en acción. Iremos a donde nos indiquen y haremos lo que debamos hacer.
Ante un enfrentamiento, del tipo que sea, nunca se puede precisar qué puede suceder.
Además... No se trata ya de una maniobra... Es todo real.
¿Tenemos bien identificadas nuestras posiciones?.
¿Podemos, de ser necesario, tener contacto visual y de señales con los otros Efectivos?.
¿Sabemos bien qué tácticas van a aplicar los enemigos para avanzar o defender sus posiciones?.
El enfrentamiento se realiza. En el fragor de la batalla, comienzan a presentarse bajas: Tanto de los nuestros como de los enemigos. tratamos de asistir al caído y, lo primero que hacemos, es llamar al médico...
Siempre me pregunté por qué, justamente, las personas consideradas claves en un pelotón, son los que portan en sus cascos, etc.; aquello que, por un lado facilita que les ubiquen los "suyos". Pero... También los identifican los "otros"!. Y se corre el peligro de que, el enemigo, si su intención es desestabilizar al pelotón "enemigo", perfectamente puede hacerlo derribando al Comandante, a quien está a cargo de comunicaciones... Y al doctor!.
En un caso así, si atacaron al Comandante, le reemplazará su subordinado más próximo para ponerse a cargo, si al Efectivo de comunicaciones, deberán contar con alguien más que cubra esa función; y, en cuanto al médico... el pelotón, tal vez debería llevar, en sus filas... A dos.
Ahora bien. En el campo de batalla, abundan los sonidos de descargas de ametralladoras, explosivos varios que nos aturden. Las miles de sensaciones que ponen nuestra adrenalina como en una coctelera. Debemos mantener cabeza fría y estar alertas a la situación y a todos los cambios que se van presentando que, las más de las veces, ya no tiene nada que ver con lo que se tenía previsto.
Nuestros sentidos están saturados por los estímulos del entorno y... Más allá de todo, nuestro olfato. Tan importante sentido que, si tomamos conciencia, nos puede salvar la vida. Podremos percibir el olor a pólvora, a tierra; a vegetales mutilados, etc. Pero... También deberíamos poner atención a poder captar otros olores. si hemos tenido algún tiempo, cuando llegamos a esa zona, antes de la contienda, y tuvimos algún tipo de aproximación física con el habitante del lugar y hemos prestado atención a su olor corporal; eso hasta nos puede ayudar a identificar, llegado el caso, si en nuestro recorrido en alguna zona "frondosa" en el desplazamiento, captamos el "olor" del enemigo.
...Claro que, ellos, también, han tenido tiempo de "olernos"!.
Es cierto, que este comentario anterior, puede pensarse como una actitud... "Animal"; pero, más de una vez, el tener los sentidos "despiertos", salvan vidas!.
Siguiendo con el olfato, es de mucha ayuda para identificar si, por donde estamos circulando, podremos encontrarnos con alguienherido o muerto.
Igualmente, si nos han herido y debemos seguir, y podemos hacerlo, deberemos tener la previsión de proteger la herida con algún tipo de vendaje y cuidando de no dejar rastro y...Olor!. Más aún si, por el tipo de geografía, puede presentarse la existencia de animales salvajes.
Ahora bien:
Fuimos preparados para la lucha y fuimos a luchar.
Se nos presentaron imprevistos y hemos ido tratando de solucionarlos.
Nos pasaron cosas, las sorteamos, y sseguimos.
Pero...
¿Alguien nos preparó para ser testigos de la muerte?.
Por qué insisto en la importancia de una entrenamiento integral.
Lo ya conocido, guste o no, se asume y se sigue.
Pero:
¿Quién nos protege de lo que vemos y somos testigos?.
Ese cuerpo que gime, el otro mutilado.
Las imágenes que se graban en la mente.
Cuando son imprevistas y tampoco conocidas, se quedan "impresas" en la mente. Y, ese efectivo que luego terminó su misión y lo envían a "casa", ya no es el mismo. Por lo que vivió, pensó e hizo; pero, lo más grave para él: LO QUE VIÓ!.
Y, una vez en "casa", su comportamiento, ya no es el mismo de como se le conocía.
Son las imágenes recurrentes que le asaltan; y repiten, una y otra vez, esa carga tóxica de adrenalina que mina su organismo.
Se habla mucho del Síndrome de estrés postraumático. se han presentado miles, tal vez millones de posibles terapias y teorías.
... Y los Efectivos, siguen con todas esaas situaciones, vivencias e interrogantes de los que no han podido desprenderse.
Una sintomatología, es el resultado de algo, una "orden" específica que nació en la mente del individuo.
Y este tipo de situaciones fuertes, son las que con más profundidad hay que identificar el qué y en qué momento quedó "fija" alguna de esas situaciones; comunmente no previstas y, menos, conocidas para ese Efectivo, para ayudarle a comprender ciertos detalles de todo eso para que comience a "desprenderse" de lo vivido y "aproximarse" a su nuevo presente.
Por eso, con respeto, con cariño, siempre pregunto:
¿Estamos preparados?.
ADRIANA A. GROSSI
15/04/12
PSICORIENTÓLOGA
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